Mis Creencias

  Nuevamente nos vemos. ¿Cómo te fue a ti esta semana? Para mí ha sido una marea de actividades todas urgentes. Pero en medio de esos días m...

 

Nuevamente nos vemos. ¿Cómo te fue a ti esta semana? Para mí ha sido una marea de actividades todas urgentes. Pero en medio de esos días muy acelerados, tuve un tiempo de conversación con una gran amiga a la que conozco y quiero mucho.

Ella después de mucho tiempo laborando en trabajo que no necesariamente le apasionaba, estaba emprendiendo en construir sus sueños, algo muy diferente a lo que ella hacia antes. Durante esa conversación acompañaba de unos ricos cafés, me comentaba todo lo que había avanzado desde que salió de trabajo (y la verdad que si avanzó mucho), sin embargo, con todo lo que había avanzado, ella aún veía que no había lograba lo que deseaba. Es cierto, aún no había logrado todo lo que había planeado hasta el momento, sin embargo, había dado grandes avances, había hecho grandes cambios en su vida, pero creo que había algo que aún no había cambiado. Sus creencias sobre ella misma. Eso me hizo recordar un pasaje “No podemos poner vino nuevo en vasijas viejas”. Ya Steve Covey también decía; los cambios siempre se inician de adentro hacia afuera.

Es interesante ver como buscamos dar grandes cambios en nuestras vidas, pensando solo en hacer cosas en nuestro exterior, sin darle cimiento en un cambio interno, sobre todo en nuestras formas de pensar.

Necesitamos entender que la vida no es solo una carrera de velocidad de 100 metros, sino es una maratón donde tenemos que ir adecuándonos, cambiando para llegar bien a la meta. Aprender a cambiar desde adentro empieza con la forma de cómo nos miramos a nosotros mismo, sobre el concepto que tenemos de nosotros mismo, sobre como valorarnos y ser compasivos con nosotros, reconociendo nuestros pequeños logros y avances hacia lo que buscamos.

En un mundo como el que vivimos, que nos para bombardeando que solo valemos por lo que logramos o tenemos, nuestra verdadera esencia se pierde y por ende nuestra identidad.

Creo que después de la conversación que tuvimos con mi gran amiga, pudo ir entiendo que ella vale más que la suma de todos sus logros. Que mientras vaya entiendo más quien es, que desea y todo lo que ya tiene, va a aprender a disfrutar su carrera y su propia transformación hacia sus sueños.

De esta conversación tan valiosa me lleve 3 cosas que hoy te comparto.

1.      Cambiar en un proceso. Valora tus pequeños logros. Sé que aún no estas donde quisiera estar, pero tampoco estas donde empezaste. Así que celebra tus victorias tempranas.

2.      Sé compasivo contigo mismo. No te destruyas porque no lograste algo o porque empezaste algo y lo dejaste ahí. Retómalo y empieza con decisión. Aquí ayuda tener a alguien de confianza a quien rendir cuentas de tus metas.

3.      Trabaja con esas creencias erróneas. ¡No valgo! ¡Yo no puedo! ¡Es muy difícil!, Ya estoy mayor! Cuestiona esos pensamientos y pregúntate ¿Por qué pienso así? ¿Cuándo lo aprendí? ¿Quién solía decirme eso? Recuerda que muchas cosas que aprendimos de niños y niñas han sido los lentes de cómo nos vemos y vemos la realidad. Evaluemos cuales de esas creencias necesitamos desecharlas y empezar a reprogramarnos diferentes.

Quiero agradecer a mi gran amiga y a ese cafecito que tomamos y por todo lo que aprendí y hoy comparto contigo.

Muchos cariños para ti


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